Lo cierto es que no tengo ninguna biografía que aportar, si por ello se entiende tener una vasta obra literaria detrás. Tengo, eso sí, miles de artículos desparramados por las redes sociales, mayormente políticos, pero también filosóficos, literarios, humorísticos… Muchos bastante comprometidos sobre determinados temas que me marcaron especialmente. Creo que no me quedó ningún género por tocar…

Por ahí repartidos tengo docenas de escritos en prosa, pero también líricos en forma de sonetos, mayormente sarcásticos a lo Quevedo o a lo Jaime Campmany, salvando las distancias, que eran mis referencias relevantes. Pero si tuviera que escribir una novela —no lo descarto— sería Jose Luis de Vilallonga mi inspirador, por la fina ironía que destila su prosa muy difícil de superar. Es cierto que milité en el PCE durante una época crucial para la historia de España, pero fue por una causa justa. Nací en un poblacho al norte de Madrid, en San Sebastián de los Reyes, un 3 de noviembre de 1947. Desde entonces fui un trotamundos sin pretenderlo. Anduve por Valencia, por Castellón, toda vez que mi padre era el chófer de una empresa de montajes que realizaba contratas por toda la geografía española. Finalmente recalamos definitivamente en Algemesí (Valencia) y a partir de entonces, repartí mi vida entre Madrid y Valencia y viceversa, hasta que llegara mi servicio militar que me pilló en Madrid y hube de  regresar a Valencia para desde allí salir destinado hacia el Sahara Español.