Gregorio Matallanas
Madrid, España, 1954
Me siento un ciudadano del mundo. A los doce años comencé a leer con voracidad, y lo sigo haciendo, pasados ya los 70 años, porque lo considero indispensable para mi supervivencia. Escribo con una pluma. Guardo en un mueble de cajones, cientos de folios garabateados. Vivo la belleza del instante. Más que los trabajos que he realizado para ganarme la vida, en este libro me vuelco por una biografía sentimental.



