El Caso: La mano cortada – obra en ebook

2,99

Título: El Caso: La mano cortada

ISBN: 978-84-17242-28-2

Autor: Juan Rada

Sinopsis: 

—Oiga… ¿Es El Caso?

—Sí, está hablando con la redacción del semanario.

—Les llamo para informarles de que mi madre ha mutilado el cuerpo de mi hermana.

El periodista, sorprendido, se quedó silencioso por unos segundos. Se apretó el auricular a la oreja. Cogió un bolígrafo y se dispuso a tomar notas en una cuartilla.

—¡Qué me dice! ¿Con quién estoy hablando?

—Soy Luis Shelly, hijo de la marquesa de Villasante. Falleció hace unos días y hemos descubierto escondidos un cuchillo afilado y una tabla de partir carne. Habida cuenta de que mi madre se encerró en su habitación con el cadáver durante un par de días y no dejó que nadie lo viera…

—Pero… ¿está seguro de lo que dice?

—La vigilábamos porque nos temíamos lo peor. No pudimos acercarnos hasta después de que la introdujera en el féretro para trasladarla al cementerio. No permitió que nadie levantara la tapa. La criada nos ha dicho que le cortó partes del cuerpo.

—¿Y no han podido aclarar nada al respecto?

—Acabo de comunicar al juzgado de guardia mis sospechas. Pero, dada la influencia que mamá tiene en las altas esferas, les aviso también a ustedes…

Pese a estar acostumbrados a todo tipo de sucesos, la noticia impactó de lleno al reportero. Corrió por el pasillo hacia el despacho del director, Eugenio Suárez, para explicarle lo que sucedía. Éste, conocedor de la relevante personalidad de la aristócrata, le indicó que marchara disparado, junto con un fotógrafo, para cubrir dicha información.

—Y, como siempre, no volváis sin buenas instantáneas —dijo a modo de despedida.

Cuando la pareja de informadores avistó la casa, sita en la madrileña calle de la Princesa, 72, los lanzadestellos azules de un par de vehículos, estacionados junto a la acera, giraban incesantes. Una vez en el portal un policía les impidió el paso. El juez de Instrucción del nº 14 había dictado un mandamiento de registro.

Se acreditaron y fue avisado el inspector jefe Sebastián Fernández Rivas, que estaba acompañado de varios agentes de la BIC (Brigada de Investigación Criminal). De inmediato se les autorizó el acceso.

Subieron al tercer piso. La residencia de la noble ocupaba dos viviendas. En una de las puertas había una placa: “Margarita Ruiz de Lihory. Abogado”.

Tuvieron suerte de que el responsable policial fuera colaborador de El Caso, donde firmaba con el acrónimo Seferi. Era buen amigo del director de la publicación.